domingo, 21 de marzo de 2010

Aquello que no decimos

Cuando llegas a casa y abres la puerta, dices: Holaa. Con toda tu buena intención y todo tu buen humor y nadie te contesta por única respuesta la tele que se oye de fondo. Vuelves a probar una y otra vez, pero hasta que no llegas donde están los demás nadie contesta y cuando te ven dicen: ¿Ya estás aquí?. Dan ganar de decir: No. Soy un holograma. Llevo intentando saludar hace media hora, pero la tele parece ser más interesante que yo.

Pero no lo decimos.

Cuando después de todo un día fuera de casa o un día en el que no has visto a nadie de los que comparten tu vida contigo, llegas y no se preocupan por lo que has hecho o dejado de hacer, siguen hablando de sus temas como si no estuvieses, como si los rayos de luz te traspasaran. Dan ganas de gritar: Estoy aquí! Llevo todo el día sola y quisiera comentar algo con alguien!

Pero no lo hacemos.

Cuando a mitad de una explicación sobre algo que has hecho o algo que harás te interrumpen y dicen: que, que has dicho, que estás diciendo de... No escuchaba. Dan ganas de decir: Pregúntaselo a (alguien que sí que escuchaba).

Pero no lo decimos.

Nunca decimos: es que soy invisible! o nadie me escucha! No lo decimos por miedo a que nos tachen de egocéntricos, de querer ser siempre el centro de ateción y de no valorar a los demás, de no saber respetar que hay cosas más importantes que nosotros.

No lo decimos, todo esto lo callamos y lo cubrimos con caras de: aquí-no-pasa-nada.

Lo callamos hasta que un día no podemos más y lo contamos todo a alguien que sabemos que siempre está allí, que siempre nos escucha aunque nos repitamos, nos trata con cariño, nos aconseja y nos tranquiliza.

Aunque a veces, en vez de contarlo, lo pagamos con los que no tienen la culpa, y cuando preguntan que te pasa. Al darnos ese pequeño pie, contamos nuestra vida en verso y todos nuestros problemas. Y al final aquella persona con la que lo estábamos pagando nos escucha, nos tranquiliza, nos aconseja y nos trata con cariño.

Al final la solución es acabar contándolo, de un modo o de otro.

A veces al hablar de mi vida, termino por romper a llorar.
Supongo que es así como empiezo a contar lo que quiero
decir de verdad

2 comentarios:

  1. Oh joder qué temazo. xD

    Conste que yo sí he dicho lo de "no, soy un holograma". En serio. xD

    ResponderEliminar
  2. Me encanta esa canción...si te sirve de consuelo yo no te escucho ni te oigo pero si te leo.

    ResponderEliminar