domingo, 9 de mayo de 2010

90 minutos

Ayer durante 90 minutos una parte de la población se olvidó de sus problemas.

Aunque algunos también se olvidaron de que somos seres civilizados y pasaron a ser seres irracionales...

Hablo de aquellos seres que cuando ven un partido de fútbol pierden el norte (y la voz) y que cuando gana su equipo salen con el coche a dar bocinazos por la calle. Realmente es necesario?

Me parece bien que lo celebren, pero no podrían hacerlo sin montar un espectáculo en plena calle, despertando al vecindario.

Luego estan, los que van a ver el partido con sus amigos, camisetas de su equipo y un balón y que al acabar el partido intentar reproducirlo ellos. No sé que pensar de estos seres, a veces me dan pena... y pienso: chaval si fueras tan bueno como te crees, te habrían fichado.

A mí no me gusta mucho el fútbol (solo lo veo cuando se juega algo importante o en contadas ocasiones), y viendo estos individuos me dan ganas de reafirmarme en algo que ya dije. Creo que tengo algo de Asocial

3 comentarios:

  1. Está claro que el fútbol no te gusta, o no dirías las cosas que dices. xD

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  2. Yo es que me quedo simplemente atónita. Es antinatural la obsesión que tiene la gente por "su equipo", que es suyo sólo porque pagan al club el ser socios... porque no es por nada, pero no les pertenece porque no lo han comprado y tampoco forman parte de él.

    Pero lo que me parece más lamentable es que la gente esté de buen o mal humor porque "su equipo" gane o pierda...

    Yo estoy de buen o mal humor por cosas que me pasan a mí directamente, produce malestar en mi familia o he "hecho" yo misma... es decir, cosas que he producido yo. Pero ese "estoy de mal humor porque mi equipo ha perdido" no lo entiendo, lo siento en el alma.

    Por suerte, puedo decir que a mí de momento no me afecta en absoluto ningún partido de fútbol. Ni a mi chico le gusta, ni a la gente que son nuestros amigos, ni a su familia (exceptuando ocasionalmente el Atlético de Bilbao... pero ni se comenta apenas). Y como vivo en una calle de nueva construcción que tiene el paso prohibido... ni los coches me molestan.

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  3. Yo tampoco lo entiendo, igual se pulen el sueldo del mes en unas entradas de reventa, o dejan de ir a trabajar para viajar con el equipo. ¿De dónde nace ese sentimiento de pertenencia? Raro es el equipo en el que la mayoría de los jugadores es de la localidad de origen del club, y no hay más que mirar a los personajes del momento: los catalanes orgullosos de un argentino y los madridistas de un portugués.

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