domingo, 25 de julio de 2010

Secretos

Estaba dispuesta a hacer un post sobre la televisión y algunas de las cosas que me molestan (anuncios, gente que no debría estar allí, el supuesto horario infantil, etc.).

Cuando me encontre con este vídeo en el blog de Zana, me ha gustado tanto encontrar mi Secreto que he decidio dejar lo que me molesta de la televisión y hacer un post sobre esto.



No sé vosotros que secreto tendréis pero yo me he sorprendido a mí misma recordando el olor de las gomas de borrar nuevas, porque? porque me recuerdan los primeros días de clase y me recuerda todo aquello que pasé.

Me ha gustado tanto recordar ese olor y todas las sensaciones que al acabar el vídeo he empezado a buscar más Secretos como por ejemplo:

El primer chapuzón del verano.

El olor de un libro nuevo, el tacto de la cubierta, de las páginas... leer las líneas por primera vez.

Madrugar y ver las calles vacías...

...o ver salir el Sol a través de la ventanilla del tren.

Un te quiero o una caricia cuando más lo necesitas...

... o cuando menos te lo esperas.

Hay infinidad de pequeños secretos agradables y preciosos y son estos pequeños momentos y estas sensaciones las que nos hacen felices día a día.

martes, 20 de julio de 2010

Tiempo

Quizás una de las cosas que más me gusta de estar de conserje es que tienes tiempo.

Los primeros días este exceso de tiempo deriva en aburrimiento, no encuentras nada que hacer y, naturalmente, no puedes moverte de tu silla. En consecuencia estoy bordando a punto de cruz, aprendiendo a hacer gachillo y llevo un par de libros leídos, además de recuperar uno de mis vicios: los videojuegos. Y aun así me quedaban algunos ratos en los que estaba cansada de todo y no sabía que hacer.


Como todo en esta vida, no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes.

Empecé a valorar estos ratos que tengo para estar conmigo cuando me invadió mi hermana, lo hizo con una buena intención y para hacerme compañía, pero cuando te acostumbras a ir a tu aire, sin nadie ni nada que te diga lo que tienes que hacer la compañía a veces se hace pesada. Cuando llegó mi hermana para hacerme compañía empecé a añorar esos ratos de silencio en los que podía pensar y estar tranquila.

Una vez más, quiero lo que no tengo. Indiferentemente de lo que tenga, porque cuando estoy sola me gustaría tener compañía y cuando tengo compañía me gustaría estar sola...


martes, 13 de julio de 2010

Supersticiones

Hoy es Martes y 13.

No me considero supersticiosa pero por si acaso:

Por la mañana me he levantado con el pie izquierdo y he pasado por debajo de una escalera con el paraguas abierto.

A la hora de comer he puesto el pan bocabajo en la mesa, he derramado sal y vino y he dejado las tijeras de cocina abiertas.

Ahora he cambiado la almohada de sitio para dormir con los pies apuntando a la puerta y he colgado un cuadro torcido...

Pero aun me faltaba una cosa por hacer



Ya está ahora ya lo tengo todo. Ya me quedo más tranquila.

A contracorriente. Porque sí y porque no me gusta sentirme como una oveja boba.

jueves, 8 de julio de 2010

Ella


Cuando todo me puede, cuando estoy a punto de desmoronarme, cuando no veo la salida, cuando lo doy todo por perdido, cuando no veo la solución, cuando todo se hace una montaña...

Siempre hay alguien al otro lado de la montaña, siempre está ella.

Nada más oir su voz diciendo:
Irene, no te agobies.

Ya me arranca una sonrisa. Y cuando empieza a hablar tiene un no sé que que me tranquiliza, que me hace ver que no es tanto, que me preocupo por nada.

Cuándo ha pasado todo esto, cuándo he dejado de ser la hermana mayor para ser yo la pequeña? Cuándo he pasado de ser la que lo arreglaba todo a ser la que se desespera por nada?

De golpe soy yo la pequeña, y la veo tan mayor, tan apañada, tan segura...

Cuándo ha pasado todo esto?

domingo, 4 de julio de 2010

Conclusiones y sensaciones extrañas

Después de tanto tiempo libre (que no ha sido tanto al fin y al cabo) he empezado a trabajar, como conserje en una portería, (bueno en realidad como suplente de), la cuestión es que no es un trabajo en el que haya mucha faena. A parte de barrer y fregar la portería, repartir el correo, recoger paquetes y limpiar toda la escalera (una vez en semana). No hay mucho más que hacer.

Así que el resto de las horas veo como los vecinos van y vienen. Durante estos dos días que he estado he podido sacar algunas conclusiones:

La primera es que debo de haber desarrollado una invisibilidad selectiva porque hay vecinos que ni siquiera me miran o me saludan, por mucho que yo sí que les mire y les diga buenos días, ellos como si nada.


La segunda y última, es que esta invisibilidad desaparece en el momento que algún vecino necesita un favor, como por ejemplo que le guarde algún paquete o cualquier otra cosa...bien mirado no es tan extraño que te pidan esta clase de favores el portero está para eso. Lo extraño es que solo te hablen para pedir favores.

También he podido experimentar una sensación muy extraña, para que lo entendáis os pongo en contexto: mi tío es el portero de este bloque de pisos y antes de mi tío lo fue mi abuelo, en consecuencia yo he pasado por allí muchísimas veces y los vecinos me conocen. La sensación extraña es que todo el mundo me conoce y me tratan como si yo llevase allí toda la vida (cosa que en parte es cierto), pero yo no me acuerdo de la mitad de vecinos y no me sé ni la mitad de los nombres, por lo tanto es como si un desconocido me hablase como si me conociera de toda la vida...